El Parlamento Europeo retrata al Gobierno Sánchez-Iglesias con una resolución que pone en evidencia la calidad democrática de España bajo el estado de alarma.

Con esta resolución el Parlamento Europeo ha dado un toque más de atención a PSOE-PODEMOS, advirtiendo del evidente riesgo de abuso de poder.

Que cada día la pandemia pone en peligro los derechos y libertades individuales de los españoles, incluso la propia democracia, es algo que estamos sufriendo durante estos meses en nuestras carnes.

Pero no sólo los españoles, también el Parlamento Europeo ha detectado que algo está fallando en nuestro país, y deja claro que con la excusa de luchar contra el COVID-19 no se pueden poner en riesgo los valores europeos y el proceso democrático.

Así lo ha dejado claro en una reciente resolución, la 2020/2790, publicada 13 de noviembre, donde se enumeran una serie de peticiones para que las medidas que limitan derechos sean ante todo proporcionadas y temporales que, aunque dirigidas al resto de los estados miembros, parece un retrato de la gestión política de Pedro Sánchez y Pablo Iglesias en estos meses.

El Parlamento Europeo tiene claro, por 496 votos a favor, 138 en contra y 49 abstenciones, que los poderes extraordinarios de los que están haciendo uso los gobiernos deben aplicarse sólo si son necesarios, proporcionales, temporales y sujetos al control democrático, o sea, tribunales de justicia y parlamentos.

Todo lo contrario se hace en España, que está hoy bajo un estado de alarma de nada más y nada menos que seis meses, en el que con el pacto con extrema izquierda y separatistas se permite a Pedro Sánchez estar periodos de dos meses sin ir al Parlamento a dar explicaciones a los españoles.

También el Parlamento Europeo advierte que la prohibición de manifestaciones no debe utilizarse para adoptar medidas controvertidas, una advertencia europea que encaja perfectamente con lo ocurrido con la tramitación y aprobación parlamentaria de la nueva ley de educación, llamada ley Celaá, que aunque contando con el apoyo parlamentario para su aprobación su alta contestación en la calle por padres y profesores se ha neutralizado con las normas sobre manifestaciones públicas vigentes.

Con esta resolución el Parlamento Europeo ha dado un toque más de atención a PSOE-PODEMOS, advirtiendo del evidente riesgo de abuso de poder de gobiernos, como el de España, en el contexto de la pandemia, llegando a pedir a la Comisión que si es necesario tome medidas para evitarlo.

Así por aplastante mayoría, el Parlamento Europeo pide poner fin al estado de emergencia o, como mínimo, delimitar el alcance de la delegación de poderes al ejecutivo y garantizar el control parlamentario y judicial efectivo; restringir la libertad de reunión sólo si es estrictamente necesario, y no utilizar la prohibición de las manifestaciones para adoptar medidas controvertidas; evitar aprobar medidas con serio impacto en los derechos fundamentales; garantizar el derecho a elecciones libres y justas, sobre todo en lo referido a cambios en la legislación electoral; asegurar la igualdad de trato y el derecho a hacer campaña de todos los candidatos y considerar la posibilidad de recurrir a métodos de votación a distancia; máxima moderación a la hora de restringir la libertad de movimiento, sobre todo en relación al respeto del derecho a la vida familiar; garantizar el derecho a la educación, no abusar de los poderes de emergencia para sacar adelante leyes no relacionadas con la emergencia sanitaria, etc.

Sin citar a España, pero en clara alusión por la semejanza de los hechos denunciados y la realidad política de nuestro país, el comisario de Justicia Didier Reynders, mostró su preocupación respecto a los derechos de los ciudadanos en varios Estados miembros donde se han aplicado medidas de emergencia, exigiendo el respeto a los valores europeos, también durante el estado de emergencia, y la defensa de los principios democráticos y los derechos fundamentales.

Como era de esperar el presidente del Gobierno español ha hecho oídos sordos a esta resolución, incluso los diputados socialistas la votaron a favor, y seguirá negando que los poderes extraordinarios que ha conseguido con el estado de alarma sean un riesgo para que el ejecutivo abuse de dicho poder, como denuncia el Parlamento Europeo, y mucho menos no cumplir con las tres condiciones generales que pide Europa a la hora de establecer alguna medida de excepcionalidad, como son la necesidad, proporcionalidad en sentido estricto y temporalidad, muy especialmente cuando afecten directamente al Estado de derecho y a los derechos fundamentales.

Sin aludir a Pedro Sánchez y a su gestión política durante la pandemia, Europa le recuerda que lo importante para que los principios democráticos sigan vigentes en situaciones de excepcionalidad es contar con una supervisión parlamentaria y judicial apropiada, así como controles equivalentes orientados a limitar el riesgo de que no sean usadas como pretexto para cambiar el equilibrio de poderes, adquirir nuevas competencias que suelen estar reservadas para el poder legislativo y las autoridades locales, al tiempo que se imponen restricciones al papel de los parlamentos, el poder judicial, la sociedad civil y los medios de comunicación, así como a las actividades y la participación de los ciudadanos.

Francisco Márquez

El principal factor de éxito del COVID-19 en España es que esté dirigida por un Gobierno más pendiente de sus intereses políticos que los de la mayoría de españoles.

La peor consecuencia de la pandemia en España es, además de los miles de fallecidos y el drama familiar que supone no poder despedirte ni de tus seres más queridos, que nos ha dejado ver con claridad lo peor de cada casa.

Y es que desde la irrupción de Podemos a la escena política, curiosamente a hombros de los miles de españoles que sufrieron en sus carnes las consecuencias de la nefasta política económica del socialista Zapatero, hemos visto como se ha ido deteriorando hasta límites insospechados el clima político y social en España.

En pocos años, el saber estar en la política ha desaparecido tragado por el más barriobajero comportamiento, se ha borrado el más mínimo respeto a las formas que se entiende debe basarse una democracia, la palabra de los políticos ha dejado de tener valor alguno, las instituciones han pasado a ser una herramienta más para destruir al contrario; en definitiva, ya no hay rivales políticos, hay enemigos con los que acabar, no vencer.

Así, hasta el advenimiento del Gobierno de coalición entre el PSOE de Sánchez y Podemos, los españoles hemos sigo testigos y sufridores de una serie de hechos, que han llevado a que salten muchas alarmas dentro y fuera del territorio nacional, alertando de que en muchas ocasiones la línea entre lo democrático y lo que no lo es resulta difícil de diferenciar en nuestra nación.

Estamos viendo como la ley tiene dos varas de medir los mismos delitos, una para los afines al Gobierno PSOE-Podemos y otra para los que discrepan; como se nombran personas afines a las directrices del partido en la fiscalía o como los miembros de esta coalición de extrema izquierda pueden delinquir, ser condenados, defraudar a Hacienda y estar implicados en otros muchos delitos sin dimitir y sin que merezca una simple linea en una prensa mayoritariamente afín. Y así un larguísimo listado de hechos y actitudes que se asemejan más a países fuera de la órbita de la libertad y la democracia, que a los que prevalecen estos valores.

Y como no podría ser de otra forma, estas conductas y tics dictatoriales se han acentuado durante la pandemia. Ahí tenemos la negación de la propia existencia de la misma hasta que las UCIs de los hospitales se colapsaron, la escasa compra de material pasivo y activo para combatir la pandemia a los amiguetes o inservibles, la implantación de un Estado de Alarma de dudosa legalidad que fue aprovechado para acentuar más ese tic dictatorial al amparo del encierro e incapacidad de respuesta de los ciudadanos, la reiterada negación de miles y miles de fallecidos, cuyo número definitivo hasta hoy sigue oculto, la rapidez de la fiscalía en restar responsabilidad al Gobierno por tanto desastre, etc.

Pero si malo es todo esto, lo que ha puesto en evidencia la total falta de escrúpulos del Gobierno PSOE-Podemos, es el más que evidente uso partidista de la pandemia, demostrando una total falta de respeto con los fallecidos y un desprecio a sus familiares.

Las actuaciones que el Gobierno está llevando con la comunidad de Madrid, son un buen ejemplo para hacernos ver como el cálculo y la estrategia política y electoral priman al de salvar vidas y economías de los madrileños, que es lo que debería ser la prioridad para cualquier Gobierno decente y dentro del canon de lo que debe ser un gobierno en una democracia.

Y este es el motivo real por el que España encabeza todos los índices negativos de la pandemia en comparación con el resto de los países, a los hechos a los que todos los países se enfrentan a España, además, hay que sumarle la de estar gobernada en el momento en que más necesario hubiese sido disponer de unos dirigentes honrados y eficientes, por un grupo de políticos donde en sus actuaciones priman más los intereses de partido que el de los españoles.

Y hoy, ante la imposibilidad de ganar una moción de censura planteada por los tres partidos y la lejanía de nuevas elecciones, lo que cabe es buscar a una persona que pudiese restar algunos votos en los escaños socialistas para, con la suma del resto, conseguir echar a Pedro Sánchez y Pablo Iglesias, y hoy la única persona que puede conseguir esto es Felipe González.

Pero también hay que amonestar a la oposición de centro derecha, a ese PP, Vox y lo decente que reste de Ciudadanos. Porque si la pandemia es la mayor tragedia que ha sufrido España desde la Guerra Civil, no existe excusa alguna para que estos tres partidos dejen a un lado sus diferencias y salven la democracia española, porque señores del PP, Vox y Ciudadanos; no vale afirmar con sordina que estamos contra el mayor ataque al Jefe del Estado y a la Constitución, hay que trabajar para evitarlo, por encima de los propios y justos intereses de cada partido, o de otra forma estaríamos en el mismo caso que los otros, pero en la oposición.

Y hoy, ante la imposibilidad de ganar una moción de censura planteada por los tres partidos y la lejanía de nuevas elecciones, lo que cabe es buscar a una persona que pudiese restar algunos votos en los escaños socialistas para, con la suma del resto, conseguir echar a Pedro Sánchez y Pablo Iglesias, y hoy la única persona que puede conseguir esto es Felipe González.

Las actuaciones de Pedro Sánchez y Pablo Iglesias evidencian la total falta de escrúpulos del Gobierno PSOE-Podemos durante la pandemia.

¿Qué puede ser difícil aceptar que un Vox o un PP apoye a un Felipe González para presidente? Es posible, pero a todos los que se nos llena la boca en hablar de España, es en estos momentos debemos poner en una balanza nuestras prioridades, y ante la tesitura de que mi querida España se convierta en la Venezuela de Europa, prefiero a Felipe González de presidente mil veces.

Por Francisco Márquez

Eduardo García Serrano: Mi modelo territorial sería una aproximación hispana al modelo territorial francés.


En medio de una sociedad donde la máxima audiencia se la lleva un programa que se define a sí mismo como un programa de rojos y maricones (Jorge Javier dixit) se considera princesa del pueblo a Belén Esteban, se dan los premios Goya a gente que abomina de Dios y de España o se lleva a la presidencia del gobierno nacional a un tipo como Pedro Sánchez, urge aproximarnos a faros que den luz en medio de la densa tiniebla en la que vive España.

Eduardo García Serrano.


Por eso hoy entrevistamos a Eduardo García Serrano,


Borja Ruiz García. – Muchas gracias por concedernos la entrevista.


Eduardo García Serrano.- Gracias a ti.


BR-En un país como el nuestro, donde la televisión, el cine y la mala literatura han embrutecido y conformado a la sociedad española de las últimas décadas es perentorio acudir a luces como don Rafael García Serrano. ¿De qué manera puede un escritor como su padre iluminar nuestra España de hoy?


EG-Bueno, la prosa de mi padre es luz en sí misma. Precisamente, por el peligro que implica esa prosa hay un manto de silencio alrededor de la figura literaria de mi padre. Los escritores hoy en boga hablan en privado maravillas de mi padre pero en público no se atreven a enunciar lo que piensan.


La llamada implícita y explícita en la obra de mi padre a Dios y a España, es para el establishment actual intolerable. Por eso la obra de don Rafael García Serrano, está literariamente proscrita.


BR-Uno de los temas favoritos de la izquierda española a día de hoy, es la de guerra civil. ¿Qué diferencia hay entre como trataba su padre la guerra del 36 a como la trata la izquierda de hoy?


EG-La izquierda es en sí misma un saco de odio, de rencor y de veneno. Lo ha sido siempre y de forma especial en España. Para ellos la guerra que perdieron, fue un accidente militar donde lo más grave es que perdieron también la paz.


Mi padre, aborda la guerra como un acto de reconciliación (por paradójico que pueda parecer) entre españoles. La obra de mi padre, exuda amor al enemigo pues con ellos se habían de compartir los beneficios de la victoria y de la paz. La izquierda es todo lo contrario porque plantea la guerra civil como una guerra de exterminio. El ejército nacional solo trataba de derrotar al enemigo (y lo consiguió). En cambio, el ejército rojo pretendía exterminar a la media España que se negaba a dejar de rezar el padrenuestro y arrodillarse por tanto ante los mandatos del comunismo internacional.


Los nacionales, por el contrario, poco antes de terminar la guerra invitaban a los falangistas del frente a que practicasen la generosidad y la reconciliación con el enemigo derrotado puesto que eran tan españoles como ellos, todo esto cuando ya se sabía que la guerra estaba ganada.


BR-Considero, que no podemos concluir este apartado sobre tu padre sin recomendar un libro para la juventud que pueda leer esta entrevista. ¿Qué libro recomendarías a los jóvenes españoles?


EG-Permíteme que te recomiende más que uno, dos. El primero de todos ellos es el que primero escribió mi padre con 17 años titulados: Eugenio o proclamación de la primavera y el segundo La fiel infantería.


BR-Continuemos, tras la recomendación de estos dos libros con su labor al frente de El Correo de España. ¿Cómo juzga usted a los grandes medios de comunicación españoles? ¿Tiene algo que ver su análisis la labor que realiza en su periódico?


EG-El alma mater de El Correo de España, su propietario y editor es Álvaro, en primer lugar. Entonces junto con Álvaro lo que pretendemos (como lo hicimos originalmente con Sierra Norte Digital) es no claudicar ante el mensaje imperante en los medios masivos de comunicación y dar la batalla intelectual, cultural e histórica a la propaganda de izquierdas asumida también por la derecha liberal, esa leyenda negra que han construido sobre el franquismo y la España que se sublevó el 18 de julio de 1936 para no ser exterminada. En ese sentido nuestra labor es también didáctica.


Hoy vivimos en una España que el 95% de las nuevas generaciones ignoran todo sobre la figura de Franco y por supuesto de los líderes políticos que le acompañaban. No saben nada ni de Franco, ni de su obra, ni nada. Sin embargo lo que saben es en base a una imagen satánica de su persona como militar y gobernador.


Vivimos en una esquizofrenia donde mucha gente desprecia a una persona a la que no conocen al mismo tiempo. Por eso, nosotros desde El Correo de España, lo que tratamos, en la modestia de nuestras posibilidades, es invertir esa tendencia y que la gente vaya conociendo sencillamente la verdad.


La misión no es que España sea franquista, pero no aceptamos que se satanice desde el odio y la ignorancia a Franco. Nosotros damos datos e información para que la gente conozca y se forme un juicio propio.


BR-Sin ánimo de forzar un paralelismo histórico, ¿cree que estamos, como hace un siglo, ante el colapso del sistema?


EG-Creo que estamos en una situación, en la que la solución, al desastre que han fabricado los liberales y los socialdemócratas sólo se puede encontrar a través de un proceso revolucionario. Si nos empeñamos en que a través de las urnas salga la solución, seguiremos equivocándonos. El punto de degradación y de esclavitud al que hemos llegado, solo se romperá a través de un proceso revolucionario y ese proceso solo triunfará si está inspirado en Dios y en la unidad de la patria.


De lo contrario, seguiremos en ese proceso de degeneración hasta la desaparición absoluta de la nación española y por tanto de la idea de Dios que son inseparables.


BR-Que este gobierno no es leal y no sirve a los intereses de España es evidente, sin embargo, podría identificarnos, más allá de los partidos que lo apoyan, ¿a quién sirve este gobierno? ¿Es acaso parte de un nuevo orden mundial?


EG-Sirve a los patrones de la agenda globalista. Sirve a George Soros, Bill Gates y al catecismo del globalismo internacional que destruye las naciones – estado.


Primero a partir de la mal llamada revolución de mayo del 68 dónde empezó a destruir las conciencias, empezó a destruir la esencia de Occidente que es el catolicismo.


BR-¿Ve posible, que con la doble crisis (sanitaria y económica) que padecemos el gobierno caiga a corto plazo?


EG-No creo que estemos ante un gobierno estúpido, porque para ser tan malvado no se puede ser estúpido. Por eso no creo que el gobierno vaya a convocar unas elecciones inmediatamente. En el agotamiento de la legislatura le va la renovación en el poder. Pedro Sánchez agotará por todos los medios la legislatura, ya se lo dijo Pedro Sánchez a Rufián y aunque así no fuese, el remedio a este gobierno salido de las urnas sería un paño caliente absolutamente coyuntural.


La estructura (del sistema) es la misma, son todos hijos del sistema, su única fe la depositan en las urnas, en el Parlamento y en la democracia. Están todos en la misma labor, no hay diferencia sustancial alguna entre PP y PSOE (más allá de los rifirrafes coyunturales). En lo moral, en lo nacional son iguales y en lo económico el PSOE se rindió en lo económico al PP.


Todos son partidarios del aborto, del lobby LGTBI, del relativismo y del nihilismo.


BR-Una de las grandes acciones de las que se jacta el gobierno social comunista es la de haber desenterrado a Franco. Pero ese hecho, no solo implicaba al gobierno y la familia sino también a la Iglesia Católica Romana. ¿Cómo valora el comportamiento de la misma?


EG-Lo valoro en la misma medida en que valoro el comportamiento del sanedrín de Jerusalén (salvando las distancias entre Cristo y Franco) El sanedrín traiciona a Cristo en la misma medida que la conferencia episcopal española (conscientemente) traiciona al hombre que salvó del exterminio absoluto a la Iglesia Católica en España.


Si no hubiese sido por Franco, de la Iglesia Católica en España no quedaría ni una oblea.


Pues ese hombre que salva a la Iglesia en lo espiritual y material es 70 años después traicionado por los beneficiarios de su salvación. Lo han traicionado, mirando para otro lado y dejando que profanaran su tumba y su cadáver en un recinto sagrado.


La Iglesia Católica en España consiente en esa profanación con una complicidad activa con aquellos que 70 años antes asesinaban a los sacerdotes, profanaban los templos y quemaban el patrimonio eclesiástico.


BR-Tras el cese del estado de alarma, volverán a oírse los clamores separatistas (principalmente) en Cataluña. ¿Cómo debería España solucionar no sólo el problema separatista sino toda la administración territorial? ¿Es acaso Francia el modelo que debemos seguir?


EG-Acabando con el estado de las autonomías que nos lleva hacia el reino de taifas y la disgregación absoluta. Nadie es capaz de cortar de un tajo ese nudo gordiano, como mucho alguna leve reforma que recentralice alguna cosa, pero hasta ahí.


Mientras ese tajo al nudo gordiano de las autonomías no se produzca, las comunidades autónomas, seguirán disolviendo la idea de la unidad nacional española.


Mi modelo territorial sería una aproximación hispana al modelo territorial francés. Esto no obsta para matices. Desde luego una uniformidad total en absoluto pero si una centralización del poder político y evitar que los niños catalanes, vascos o andaluces pierdan la conciencia nacional.


BR-Como siempre digo a mis entrevistados, le doy la oportunidad de añadir algún comentario que le parezca oportuno.


EG-Nada más. Ha sido un placer haber charlado contigo.

¡Gobierno dimisión!

Decía Lenin en su conocido Decálogo,concretamente en su punto ocho lo siguiente:»Hay que estar en contra de la libertad crítica».

Las caceroladas contra el Gobierno Sánchez-Iglesias se extienden por toda España.

Che Guevara manifestaba:¡»Hay que acabar con todos los periódicos, una revolución no se puede lograr con la libertad de prensa!.El cual encarceló a miles de homosexuales en campos de «reeducación», en ellos hacía rotular en las entradas:»El trabajo os hará hombres».

Largo Caballero(PSOE),al que denominaban el Lenin español manifestaba:»¡no creemos en la democracia como valor absoluto.Tampoco creemos en la libertad!».

De todos es conocido cómo el socialismo del siglo XXI ha tildado a la libertad de expresión como enemigo al cual denominan:»oligopolio mediático»;hablamos de países como Cuba,Norcorea,China,Vietnam y por supuesto Venezuela donde la libertad de expresión no existe.

Ese Chavismo que ha cerrado periodicos,emisoras y canales de televisión,ese Castro-Chavismo que es fuente de inspiración de este gobierno,éste ente amorfo que miente y oculta verdades ,que quiere amordazar la libertad.

Marxismo-Leninismo que ya ha sido derrotado y al cual sólo le queda cercenar el debate ideológico,ése denominado:»El periodismo libre».

Enrique Garcia Font.

Coronavirus: la Unión Europea se deshace.

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Por Soeren Kern (*), traducido por El Medio – 310320 – A medida que la pandemia de coronavirus se desata en Europa —donde más de 250.000 personas han sido diagnosticadas con la enfermedad COVID-19) y 15.000 han muerto—, los pilares fundamentales de la Unión Europea se están desmoronando uno por uno.

Enfrentados a una amenaza existencial, los estados miembros de la UE, lejos de unirse para hacer frente a la pandemia como un bloque unificado, están volviendo de manera instintiva a mirar por el interés nacional. Después de pasarse años criticando al presidente de EEUU, Donald J. Trump, por su política de «Estados Unidos primero», los líderes europeos están volviendo al mismo nacionalismo que han despreciado en sus declaraciones públicas.

Desde que se puso de manifiesto la amenaza que representa el coronavirus, los europeos han mostrado muy poco de la moralista solidaridad multilateral que, durante décadas, han vendido al resto del mundo como piedra angular de la unidad europea. Se ha demostrado que la marca única de poder blando de la UE, del que se dijo que era un modelo para un orden mundial posnacional, es una ficción vacía.

En las últimas semanas, los estados miembros de la UE han cerrado sus fronteras, han prohibido la exportación de suministros básicos y han retenido la ayuda humanitaria. El Banco Central Europeo, garante de la moneda única europea, ha tratado con incomparable desdén a Italia, la tercera mayor economía de Europa, en su crítico momento de necesidad. Los estados miembros más afectados por la pandemia —Italia y España— han sido abandonados a su suerte por los demás estados.

Las semillas de la Unión Europea se plantaron en las cenizas de la Segunda Guerra Mundial. En mayo de 1949, Robert Schuman, uno de los padres fundadores de la UE, anunció campanudo la creación de un nuevo sistema mundial:

«Estamos llevando a cabo un gran experimento, haciendo realidad el sueño que durante siglos no ha dejado de visitar a los pueblos de Europa: crear entre ellos una organización que pusiera fin a la guerra y garantizara una paz eterna.»

La Unión Europea, que lleva siete décadas en desarrollo, se está deshaciendo ahora en tiempo real, en cuestión de semanas. Una vez que se tranquilicen las cosas después de la pandemia de coronavirus, es casi seguro que las instituciones de la UE seguirán operando igual que antes. Se ha invertido demasiado capital político y económico en el proyecto europeo como para que sus élites hagan lo contrario. Sin embargo, la UE habrá perdido su atractivo como modelo posnacional para sus propios ciudadanos, y más para el resto del mundo.

Estos son algunos ejemplos recientes de la búsqueda unilateral del interés nacional por parte de los líderes europeos, de los cuales muchos abogan públicamente por el globalismo, pero en tiempos de desesperación abrazan el nacionalismo:

  • Francia. El 3 de marzo, Francia confiscó todas las mascarillas de protección fabricadas en el país. «Las distribuiremos a los profesionales sanitarios y a la población francesa afectados por el coronavirus», escribió el presidente francés, Emmanuel Macron, en Twitter. El 6 de marzo, el Gobierno francés obligó a Valmy SAS, un fabricante de mascarillas con sede cerca de Lyon, a cancelar un pedido de millones de mascarillas encargado por el Servicio Nacional de Salud del Reino Unido.
  • Alemania, 4 de marzo. Alemania prohibió la exportación de equipos de protección médica como gafas de seguridad, respiradores, batas, trajes y guantes. El 7 de marzo, el periódico suizo Neue Zürcher Zeitung informó de que las autoridades aduaneras alemanas estaban impidiendo a un camión suizo que transportaba 240.000 mascarillas volver a Suiza, que no es miembro de la UE. El Gobierno suizo convocó al embajador alemán para protestar por la prohibición de exportaciones. «En estos contactos, se instó a las autoridades alemanas a liberar de inmediato los productos bloqueados», según unas declaraciones de un portavoz del Gobierno suizo. Tras enfrentarse a la reacción negativa de otros estados miembros de la UE, Alemania reculó el 19 de marzo y levantó la prohibición de las exportaciones.
  • Austria, 10 de marzo. Austria fue el primer país de la UE que cerró sus fronteras a otro país de la UE. El canciller Sebastian Kurz anunció controles a lo largo de la frontera con Italia y la prohibición de la entrada a todos los viajeros que procedieran de allí. «La máxima prioridad es prevenir la propagación para no importar la enfermedad a nuestra sociedad», dijo Kurz. «Por lo tanto, está prohibida la entrada a Austria a las personas procedentes de Italia, con la excepción de quienes tenga una nota del médico que certifique que están sanos». La decisión de Austria amenazó con deshacer la llamada Área Schengen, que entró en vigor en 1995 y elimina la necesidad de pasaportes y otros tipos de control en las fronteras mutuas de los 26 países europeos.
  • Eslovenia, 11 de marzo. El Gobierno cerró algunos cruces fronterizos con Italia y, los que permanecen abiertos, han empezado a hacer controles de salud para combatir la propagación del virus.
  • República Checa, 12 de marzo. El primer ministro, Andrej Babiš, cerró las fronteras del país con Alemania y Austria y también prohibió la entrada de extranjeros que procedieran de países en riesgo. El 22 de marzo, el Gobierno dijo que las restricciones en la frontera podrían mantenerse hasta dos años.
  • Suiza, 13 de marzo. El Gobierno suizo impuso controles en las fronteras con otros países europeos. Suiza, aunque no es miembro de la Unión Europea, es parte de la zona Schengen.
  • Italia, 13 de marzo. La presidenta del Banco Central Europeo, Christine Lagarde, desestimó las peticiones de ayuda económica de Italia para ayudarla a lidiar con la pandemia. Después de que sus declaraciones sacudieran los mercados financieros, Lagarde dijo que el Banco estaba «plenamente comprometido en evitar cualquier fragmentación en un momento difícil para la zona euro». El presidente italiano, Sergio Mattarella, respondió que Italia tenía derecho a esperar la solidaridad, en vez obstáculos, al otro lado de las fronteras.
  • Dinamarca, 14 de marzo. La primera ministra, Mette Frederiksen, impuso controles fronterizos por tierra, mar y aire hasta al menos el 13 de abril.
  • Polonia, 15 de marzo. El Gobierno cerró las fronteras del país para todo el mundo excepto los ciudadanos polacos con un permiso de residencia polaco.
  • Alemania, 16 de marzo. Alemania, el país más grande y poderoso de la Unión Europea, introdujo controles en sus fronteras con Austria, Dinamarca, Francia, Luxemburgo y Suiza. Esta medida se produjo después de que Alemania registrara 1.000 nuevos casos de COVID-19 en un solo día.
  • Hungría, 16 de marzo. El primer ministro, Viktor Orbán, anunció que se iba a detener todo el tráfico de pasajeros hacia Hungría y sólo se permitiría la entrada al país de los ciudadanos húngaros.
  • España, 16 de marzo. El ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, decretó el establecimiento de controles en todas las fronteras terrestres.
  • Serbia, 16 de marzo. El presidente, Aleksandar Vučić, declaró el estado de emergencia debido al coronavirus. Condenó a la UE por restringir las exportaciones de equipos médicos y pidió ayuda a su «amigo y hermano», el líder chino Xi Jinping. «No existe la solidaridad europea», dijo Vučić. «Sobre el papel, era un cuento de hadas. He enviado una carta especial a los únicos que pueden ayudar, y es China». Serbia solicitó la entrada en la UE en 2009. Las conversaciones sobre su adhesión comenzaron en enero de 2014.
  • República Checa, 17 de marzo. Las autoridades checas confiscaron 110.000 mascarillas que China había enviado a Italia. El 23 de marzo, la República Checa entregó el material confiscado a Italia. «Hay 110.000 mascarillas a bordo del autobús como regalo a Italia, que se supone que reemplaza el material que, probablemente, fue un regalo chino a los compatriotas italianos», dijo Zuzana Stichova, portavoz del Ministerio de Exteriores.
  • Alemania, 18 de marzo. La canciller Angela Merkel, en un extraño discurso televisivo, instó a todos los alemanes a obedecer las normas y reducir el contacto social y evitar el mayor número posible de infecciones. «Es grave», dijo. «Tómenselo en serio. Desde la reunificación alemana, en realidad, desde la Segunda Guerra Mundial, nunca ha habido un desafío para nuestro país en el que la solidaridad fuese tan crucial». El discurso a la nación de Merkel fue la primera vez en los cerca de 15 años que lleva en el cargo que se dirigió al país, sin contar los discursos de Año Nuevo. No mencionó a la Unión Europea ni a otros estados miembros de la UE.
  • Bélgica, 22 de marzo. El coronavirus ha avivado las tensiones entre Bélgica, que está en estado de bloqueo, y los Países Bajos, que no lo está. «En los Países Bajos, las tiendas siguen abiertas y se siguen permitiendo las reuniones de 100 personas: estos son lugares de cultivo para el virus», dijo Marino Keulen, alcalde de la localidad fronteriza de Lanaken. Las autoridades belgas han instalado barricadas a lo largo de la frontera y están ordenando a los coches con matrícula holandesa que se den la vuelta a su país. Keulen dijo que los controles en la frontera son «una señal a La Haya» para que «aumente rápidamente» su respuesta y se alinee con los países vecinos. «El Gobierno holandés está siendo incompetente y ridículo en su respuesta a la crisis del coronavirus», dijo Leopold Lippens, alcalde de la localidad costera belga de Knokke-Heist. «Los Países Bajos no están haciendo nada, así que tenemos que protegernos».
  • España, 25 de marzo. Tras no lograr la ayuda de la Unión Europea, el Gobierno español pidió a la OTAN ayuda para adquirir 1,5 millones de mascarillas y 450.000 respiradores. La OTAN carece de este material y se limitó a derivar la solicitud española a los otros 29 aliados, de los cuales muchos también son miembros de la UE.
  • Polonia, 25 de marzo. Las autoridades polacas impidieron que se exportaran cientos de miles de botellas de desinfectante de manos a Noruega, que no es miembro de la UE. La empresa noruega Norenco fabrica y empaqueta desinfectante de manos para el mercado escandinavo en una fábrica que posee en Polonia. El director ejecutivo de Norenco, Arne Haukland, dijo que, tras solicitar el permiso de exportación, llegaron cinco hombres a la fábrica y exigieron que se les enseñara su stock de desinfectantes. Dijo que la empresa recibió después una carta que le ordenaba a vender cualquier desinfectante que hubiese producido a las autoridades municipales de Lubin a un precio fijo, según las leyes de emergencia a causa del coronavirus aprobadas en Polonia a principios de marzo. La confiscación exacerbará los problemas de suministro a los que se enfrentan los hospitales noruegos.
  • Francia, 25 de marzo. El presidente Emmanuel Macron, en un discurso a la nación en un hospital militar en la ciudad de Mulhouse, al este del país, especialmente afectada por el coronavirus, pidió la unidad nacional —no la europea—: «Cuando participamos en la guerra, lo hacemos a fondo, nos movilizamos unidos. Veo en nuestro país factores de división, dudas, a todos aquellos que quieren fracturar el país cuando necesita tener una única obsesión: estar unidos para luchar contra el virus. Pido esta unidad y este compromiso».

Mientras, en Italia, una encuesta a nivel nacional publicada el 18 de marzo reveló que el 88% de los italianos cree que la UE no está ayudando a su país. Sólo el 4% pensaba lo contrario, mientras que un 8% no tenía opinión. Más de dos tercios (el 67%) de los italianos dijeron que creen que ser parte de la Unión Europea es una desventaja para su país.

En un artículo titulado «El coronavirus amenaza la unidad europea», Bill Wirtz, analista político residente en Luxemburgo, observó:

A medida que se extiende el coronavirus, los países Schengen están cerrando sus fronteras. Lo hagan o no porque creen que una respuesta coordinada europea sería ineficiente, o porque creen que sus votantes no lo aceptarían, es, en este momento, irrelevante. El mero hecho de que hayan resurgido las fronteras en Europa es un fracaso para la totalidad del acuerdo de fronteras abiertas de Schengen. (…)

No existe una respuesta coordinada de la UE a esta crisis, y como se hacen oídos sordos a las recomendaciones, Bruselas se enfrenta a una crisis de confianza. No hay una respuesta a la crisis a nivel de la Unión, ni pruebas ni investigaciones coordinadas. Peor aún, las instituciones de la UE son meras observadoras en una guerra entre los países, que están intentando limitar las exportaciones de suministros médicos para quedárselos ellos. En tiempos de crisis, se ha demostrado la verdadera influencia y capacidad de la UE, y es muy escasa.

Tal y como están las cosas, los países se están enfrentando a una crisis de escasez de camas de hospital, equipos médicos y recursos generales. Si el virus alcanza alguna vez unos niveles más bajos, y se extrae la conclusión de que la Unión Europea fue una espectadora impotente en el ojo del huracán (lo que es), entonces el acuerdo Schengen y las fronteras abiertas de Europa tendrán muy difícil recuperación.

Darren McCaffrey, redactor jefe de política del canal de noticias Euronews, con sede en Francia, escribió:

En las últimas dos semanas, la solidaridad se ha derrumbado en el bloque. Los países han empezado a imponer controles fronterizos con los países vecinos de la UE, e incluso Alemania ha tomado medidas para gestionar el flujo de personas que entran y salen de su territorio.

El martes, se formó una cola de 35 kilómetros en la frontera polaco-alemana, donde cientos de europeos —letones, estonios y lituanos— estaban atrapados en camiones, coches y autobuses.

Como la UE debe tomar medidas para prevenir la propagación de la enfermedad, muchos están preocupados por la esencia de la Unión Europea y sus cuatro libertades [el libre movimiento de bienes, servicios, capital y personas].

¿Qué es la UE, si sus ciudadanos no pueden moverse libremente? ¿Qué es el mercado único, si los bienes no pueden cruzar las fronteras de Europa sin obstáculos?

En un artículo titulado «Las naciones, primero: la UE lucha por su relevancia en su batalla contra el coronavirus», la revista alemana Der Spiegel señaló:

A medida que la pandemia se asienta en Europa, la unión, que cuenta ya décadas, está demostrando su debilidad. Si bien la UE logró sobrevivir al Brexit y a la crisis del euro, la crisis del coronavirus podría resultar un desafío insuperable.

En lugar de intentar encontrar soluciones conjuntas, el continente se está balcanizando y está volviendo a las soluciones nacionales. En lugar de ayudarse unos a otros, los países de la UE están acaparando mascarillas, como los europeos aterrados acaparan papel higiénico. Las primeras decisiones tomadas por algunos estados miembros de la UE de abstenerse de exportar equipos médicos a Italia —el país de la UE más afectado hasta ahora por la pandemia— ha eclipsado incluso la falta de solidaridad europea mostrada por el primer ministro húngaro, Viktor Orbán, en la crisis de los refugiados.

Los europeos están incluso divididos en la cuestión de cómo combatir el virus. Mientras que Alemania está ansiosa por evitar que tantas personas como sea posible tengan contacto con el virus y se infecten, los Países Bajos quieren que tantas personas sanas como sea posible combatan el COVID-19, para así inmunizarse. La señal está clara: cuando las cosas se ponen serias, todos los países miembros miran primero por ellos, incluso 60 años después de la fundación de la comunidad.

(*) Soeren Kern es miembro principal del Gatestone Institute, con sede en Nueva York.

 

La nefasta gestión del coronavirus en España: ¿Delito imprudente?

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«El machismo de los hombres mata más que el coronavirus».
Afirmación de M. Laure Rodríguez Quiroga, uno de los referentes internacionales en la defensa de los derechos de las mujeres, durante la entrevista publicada en Diario 16 el 8 de marzo.

Ahora es el momento de tomar todas las medidas para prevenir la propagación de este maldito coronavirus, y muy especialmente de procurar la mejor atención sanitaria a quienes ha contagiado.

Ahora la prioridad es que la población sana siga en casa y cumpla lo mejor posible las medidas de higiene y prevención que nos indican los expertos, que dotemos de todos los recursos necesarios a nuestro sistema de salud para hacer frente a esta lucha y que los investigadores tengan todas las facilidades posibles para encontrar rápidamente un remedio temporal y una vacuna definitiva.

Pero una vez acabado esto, que todavía quedan unos meses, los cómplices del coronavirus para que haya podido ocasionar tamaña desgracia en España deben pagar, porque ya son 40.000 contagiados y cerca de 3.000 fallecidos, cifras que desgraciadamente en horas quedarán desfasadas, a los que se debe hacer justicia.

Y cada vez son más personas, profesionales del derecho y afectados, que se organizan para que, vuelta a la normalidad, se haga justicia con los culpables de este delito imprudente que está ocasionando esta ingente cantidad de contagiados y número de muertes.

No soy experto en leyes, pero los que sí lo son, advierten de que la actitud del Gobierno frente al coronavirus encaja perfectamente dentro de lo que es un delito imprudente, de un delito ocasionado debido a una acción o conducta negligente y nos aclaran que no solo constituye delito imprudente un hecho determinado, sino también la omisión de las diligencias que se le pueden exigir a alguien, precisamente esta omisión o acción motiva la responsabilidad civil o penal de un delito.

Hay que recordar, aunque ahora comparecencia tras comparecencia el presidente del Gobierno de España, intenta que lo olvidemos con soporíferas intervenciones que de bien poco nos sirven a los españoles, salvo comprobar el poco nivel como estadistas y líderes de quienes nos gobiernan, que el 31 de enero se nos decía que: “Nosotros creemos que España no va a tener, como mucho, más allá de un caso diagnosticado”.

Que el 23 de febrero ya con algún caso en España, 2 muertos en Italia y en aislamiento más de 50.000 italianos al norte del país, el responsable del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias de España seguía afirmando que: “En España ni hay virus ni se está trasmitiendo la enfermedad”.

Algo que desmentía, eso sí sin querer, el ministro de Ciencia e Innovación, Pedro Duque, hace unos días, donde en rueda de prensa se le escapaba que el Gobierno conocía la gravedad del coronavirus desde el pasado mes de enero, pese a lo cual no tomó ninguna medida para frenar su avance hasta después de las manifestaciones feministas del 8M.

Este mismo “responsable” del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias de España, sabiendo lo que ya se sabía en el Gobierno, afirmaba públicamente el día anterior a las concentraciones feministas del 8 de marzo que: “Si mi hijo me pregunta si puede ir a la manifestación del 8 de marzo le diré que haga lo que quiera” y cientos de miles de españoles se lanzaron a la calle, donde junto a otros grandes eventos y desplazamientos no aplazados, se generó esta ciclogénesis explosiva vírica en la que nos encontramos.

Pero es que la serie de desatinos de este Gobierno no se queda ahí, desbordada la situación las negligencias han sido constantes, no decretando medidas de aislamiento preventivo, retrasando el Estado de Alarma por discrepancias entre PSOE y PODEMOS, no exigiendo el cumplimiento estricto del Estado de Alarma a dos comunidades autónomas (catalana y vasca) que vetan al Ejército español, como si estos territorios no lo fuesen, o un retraso incomprensible en la adquisición de todo tipo de material necesario para la lucha contra el coronavirus (mascarillas, geles, respiradores, etc., etc.).

Sin olvidar que el descontrol de estos días, donde el Gobierno no ha sido capaz de coordinar y gestionar los recursos de los que dispone, ha dado lugar a situaciones tan abominables como las que se han encontrado nuestros militares cuando semanas después han podido acceder a las residencias de ancianos, encontrándose a muchos de nuestros mayores solos y desasistidos, en algunos casos conviviendo con los fallecidos. ¡Horrible!

Y desgraciadamente esto no va a acabar ahí, el Estado de Alarma se prorrogará otros 15 días, los contagiados aumentarán exponencialmente, el número de fallecidos seguirá creciendo y nos iremos enterando de más actuaciones impresentables de nuestros gobernantes que los españoles no nos merecemos.

Pero por esto alguien tiene que pagar, en una de sus intervenciones Pedro Sánchez se hacía responsable como presidente del Gobierno, y cada vez son más los españoles que se suman a la iniciativa de que esta negligencia del Gobierno debe denunciarse, porque los delitos imprudentes se juzgan de acuerdo al derecho penal.

Unos delitos imprudentes que pueden ser de una naturaleza muy variada, pero todos comparten la existencia de una conducta u omisión que causa los hechos, como el de homicidio, de lesiones, daños, etc., que al final causan perjuicios y muerte a las personas.

Lo cierto es que este Gobierno ha puesto en grave riesgo a millones de españoles, miles de ellos ya lo han pagado con sus vidas, por anteponer su ideología a la salud general y por ineficacia, y acostumbrados como están y a mentir van a intentar escaparse de sus responsabilidades de nuevo, y esto no debemos permitírselo, miles de fallecidos necesitan justicia, y compensaciones.

Por Francisco Márquez

Pedro Sánchez aplica el 155 económico a Andalucía mientras premia al independentismo con 10.000 millones para Cataluña.

Lo de Pedro Sánchez con Andalucía no tiene nombre, si es que la deriva del PSOE de Sánchez de los últimos años tiene por donde cogerse. Intervenir económicamente a la Junta de Andalucía por la desviación de unas décimas en un presupuesto, que aprobó su propio partido en 2018 siendo la consejera de Hacienda la actual ministra del ramo en el Gobierno en funciones sanchista, es ya la “crème de la crème” del maquiavelismo sanchista.

Y es que el presidente funciones ha intervenido las cuentas de la Junta de Andalucía, que preside el popular Juan Manuel Moreno con el apoyo de Ciudadanos, no porque el Gobierno del “Cambio” haya realizado mal su trabajo en el año que lleva al frente del Gobierno Andaluz, sino por incumplir los objetivos de estabilidad presupuestaria y deuda pública mientras gobernaba Susana Díaz.

Es curioso que sí se toma el desembolso computable a efectos de la regla de gasto, este ha aumentado un 5,7%, el doble frente al límite del 2,7% que rige para todas las administraciones. Catorce de las diecisiete comunidades autónomas lo incumplen: Aragón (6%), Asturias (5,8%), Canarias (5,9%), Cantabria (7,1%), Castilla-La Mancha (11,9%), Castilla y León, Cataluña (5,6% ambas), Extremadura (7,9%), Galicia (5,7%), Madrid (7,4%), Murcia (5%), Navarra (7,1%), Valencia (7,5%) y País Vasco (6,1%).

No es el caso de Andalucía, ¿por qué entonces se intervienen las cuentas andaluzas? ¿Por qué la comunidad presidida por Ximo Puig, Valencia, siendo la más incumplidora en 2018, tras registrar un déficit del 1,4% en términos del PIB no se le han intervenido las cuentas?

Está claro que en la práctica, con la intervención, la ministra de Hacienda María Jesús Montero, curiosamente la misma responsable de este desaguisado en su día en Andalucía, “tutelará” las finanzas de la Junta de Andalucía y, por tanto, “controlará” los próximos presupuestos de la comunidad.

Por el contrario a la Comunidad Autónoma de Cataluña, que además de incumplir el control del gasto no cumple con ninguna ley ni norma estatal, les concede unos 10.000 millones que han solicitados los líderes independentistas si quiere sus votos para ser reelegido presidente del Gobierno Cataluña, y además volverá a incumplir este año el objetivo de déficit, como prevé la Autoridad Fiscal.

Mientras tanto a Andalucía, Gobernada por el PP y Ciudadanos, donde además de ser respetuosa con las leyes españolas y solidaria con el resto de España, ha conseguido en estos meses que aumente la inversión y la creación de empleo, claves del crecimiento de la economía en Andalucía, y donde la estabilidad y confianza que ofrece el Gobierno andaluz ha dado paso a datos económicos muy positivos, como que durante el tercer trimestre de 2019 el crecimiento de Andalucía se traduce en una subida interanual real de 2,1% del Producto Interior Bruto que, comparado con las economías de su entorno, es casi un punto más elevado que el de la Zona Euro y el de Unión Europea; se le castiga.

La estrategia está pues clara, nítida diría yo, Pedro Sánchez ha hecho saber que a quien le siga no tendrán problemas y quienes no lo hagan, tendrán un difícil camino durante los próximos años.

Es un aviso de lo que nos depara con el nuevo Gobierno PSOE+PODEMOS+Separatistas.

Francisco Márquez

España: secuestrada por la esquizofrenia independentista y pusilanimidad del Gobierno.

Lo que está ocurriendo en esa otra parte de España que se llama Cataluña tras la sentencia por el “golpe” del 1-O es inconcebible, no sólo para una nación democrática como la nuestra, sino para cualquiera otra que se precie de ser civilizada.

Que parte del Estado, porque lo quieran o no la República Catalana no existe y la Generalidad de Cataluña es parte del Estado español, se subleve contra el mismo Estado al que pertenece; que por un lado dirigentes de la Generalidad alienten las protestas callejeras y por el otro manden a los Mossos a combatirlas; que estos mismos dirigentes catalanes hablen de “protestas pacificas” mientras las imágenes prueban el salvajismo y la violencia con las que se llevan a cabo; o que hablen de espontaneidad popular cuando empiezan a asomar las primeras informaciones de que ese “Sunami Democrático” ha sido organizado desde el exilio, demuestran la esquizofrenia general a la que el independentismo ha sumido a parte de los catalanes.

Pero si este trastorno psicótico de la política actual catalana es peligroso, no lo es menos la pusilanimidad con la que el Gobierno de Pedro Sánchez está observando, porque no podemos decir que esté actuando, los acontecimientos.

La única respuesta de un Gobierno de un gran país como es España ante una revolución callejera, amparada y alentada por los gobernantes políticos de una parte de ese mismo país, es dar a conocer un comunicado donde minimiza los hechos que están ocurriendo e incluso renuncia a recuperar las competencias de las prisiones catalanas, como recientemente ha hecho la vicepresidenta Carmen Calvo ante la petición en tal sentido del Partido Popular, dando vía libre a la impunidad de estos delitos, dando el mensaje de que en cuestiones de independentismo, aquí no pasa nada.

Mientras todo esto sucede, España navega a la deriva, sin rumbo político alguno, en unos graves momentos, no sólo interiores, sino exteriores y con otra crisis en ciernes, con un Gobierno en funciones paralizado desde que Pedro Sánchez ganó la moción de cesura a Mariano Rajoy. Ninguna iniciativa legislativa de importancia para España, ningún movimiento a nivel de política internacional con un Brexit a la vista; tan sólo politiquilla para casa, como la exhumación de los restos del General Franco, acabar con la industria de la automoción con la excusa del cambio climático o jugar al “donde dije digo, digo Diego” con cualquier cosa, incluido el golpismo catalán.

España, y los españoles, no se merecen esto; es hora de restablecer el orden constitucional haciendo respetar las leyes y garantizar la igualdad de todos los españoles en cualquier parte del territorio nacional; pero sobre todo es hora de que España vuelva a tener un Gobierno que esté más pendiente de los temas que verdaderamente preocupan a los españoles (desempleo, pensiones, inmigración, etc.), que de las cosas de andar por casa, en parte causantes de la actual situación.

El próximo 10 de noviembre tenemos una nueva oportunidad, ¿sabremos aprovecharla?

Francisco Márquez

La permisividad de la política de seguridad de Ada Colau lleva a Barcelona a unas cotas de delincuencia insoportables.

No es nada nuevo, sobre todo para los barceloneses que lo llevan padeciendo a pie de calle, aunque el escandaloso nivel al que ha llegado la violencia en Barcelona lo haya hecho saltar a los medios de comunicación.

Y es que Barcelona, con Colau, se muere, y aquella ciudad que competía con las más avanzadas de Europa y vanguardia del progreso en España, se está convirtiendo a pasos agigantados en una ciudad sin respeto a la convivencia pacífica, sin autoridad y dónde la ley de la selva se impone.

Así hoy en Barcelona es común encontrarte a la vuelta de la esquina grupos de sin papeles o entre etnias enzarzados en autenticas batallas machetes en mano, zonas tan peligrosas que ni la Guardia Urbana ni los Mossos se atreven a adentrar, ataques a policías que intentan poner orden; por lo que no es de extrañar que cada vez sean más los barceloneses que exigen medidas.

Porque la Barcelona de Colau está alarmada por el aumento de la violencia, ocultado desde el Ayuntamiento durante mucho tiempo con la ayuda de los medios de comunicación subvencionados o de la misma correa política, pero que la realidad de los cada día más barceloneses que lo sufren y la difusión en redes, no ha podido ocultar por más tiempo.

Ahora el Ayuntamiento de Barcelona, por medio de su concejal de Seguridad, Albert Batllé, comienza a admitir el alto nivel de vandalismo y de delincuencia que asola la Ciudad Condal, tras años de permisividad del Gobierno municipal de Colau.

Las cifras así lo demuestran, desde la llegada al poder de Ada Colau la delincuencia de todo tipo no ha hecho nada más que crecer, sólo los robos con violencia han aumentado un 31% en la primera mitad de este año, y todo a la permisividad y relajación, que han sido las únicas políticas sobre seguridad que han salido del Ayuntamiento de Barcelona.

En lo que va de verano van ya siete homicidios entre julio y agosto y una sucesión de peleas con heridos graves por apuñalamiento, mientras el Ayuntamiento se defiende achacándolo a la falta de efectivos policiales en Barcelona, una excusa ante el hecho de haberse superado la cifra de asesinatos de todo 2018.

Una excusa ante una redilad que lo que pone en evidencia es que la política de Colau de permisividad ante todo tipo de faltas y delitos cometidos por colectivos muy concretos arropados por su ideología política, el retirar el respaldo a los agentes de la Guardia Urbana y dejar hacer a los delincuentes, ha sido la causante de la actual situación de extrema gravedad.

A lo que hay que añadir que estos sucesos corren como la pólvora por las redes sociales y están dando muy mala imagen de Barcelona, lo que se está sintiendo en el turismo, especialmente en el tipo de turista que ahora llega a Barcelona.

Lo lamentable de esta situación es que todavía haya gente “normal” que la vote para ese puesto de tanta importancia para una Ciudad como Barcelona.

Francisco Márquez

¿La “gran transformación de España” que propone Sánchez no será un cambio de régimen político?

sanchez-iglesias06092018

El presidente en funciones del Gobierno, el socialista Pedro Sánchez, anunciaba durante el reciente debate de investidura que, sí era elegido presidente llevaría a cabo “la segunda gran transformación de España”.

Pero si ya la gestión del Gobierno Sánchez, que alcanzó el poder en una moción de censura con el apoyo de los separatistas, pro etarras y radicales de izquierda, ha suscitado más que recelos del español medio; su anuncio de una gran “transformación de España” con un Gobierno de coalición con Podemos y apoyado en el Congreso de los Diputados por Bildu e Izquierda Republicana de Cataluña, nos horroriza.

¿Qué transformación de España quiere hacer Pedro Sánchez de la mano de partidos políticos cuyo únicos objetivos son abolir la Constitución Española de 1978, poner en marcha una Asamblea Constituyente y conseguir la desaparición de España con la secesión de la mayoría de sus territorios?

La única “gran transformación” que espera Podemos de Sánchez, y que contaría con su total apoyo en el futuro Gobierno de coalición, sería la de dar por finiquitada la actual Constitución y elaborar un nuevo texto que tendría más similitud con la de Venezuela que con otras de democracias europeas y promulgar las III República, mandando al exilio al rey Felipe VI; a lo que habría que añadir la posibilidad de autodeterminación de los distintos territorios que conforman España.

Esa es la única “gran transformación” que puede vender Pedro Sánchez para investirse presidente: abolir la Constitución Española del 78 y convertir las actuales Cortes Generales, con mayoría socialista en el Senado y en el Congreso con el apoyo de los extremistas, a modo de Asamblea Constituyente que proclame la III República Española.

¿Qué transformación de España quiere hacer Pedro Sánchez de la mano de partidos políticos cuyo únicos objetivos son abolir la Constitución Española de 1978, poner en marcha una Asamblea Constituyente y conseguir la desaparición de España con la secesión de la mayoría de sus territorios?

No nos engañemos, por fuerte que nos suene esto, es lo que ahora llamamos “hoja de ruta”, en este caso de los radicales de izquierda y separatistas, porque los primeros entienden la “transformación de España” en un profundo cambio de régimen político que acabe con los acuerdos de las Transición española y los segundos no tienen nada más que un objetivo, irse.

Por esto lo mejor para España y los españoles hubiese sido repetir las Elecciones Generales buscando el entendimiento entre las fuerzas constitucionalistas, a la sazón PP, Ciudadanos y Vox; que como han demostrado los estudios demoscópicos posteriores al 26M, de haber alcanzado estas formaciones políticas acuerdos electorales estratégicos, hoy el PSOE no tendría mayoría en el Senado y no sabemos a ciencia cierta las posibilidades de pactos de los diferentes grupos.

La investidura fallida de ayer estaba escrita en el guión de Sánchez e Iglesias, por lo que habrá acuerdo entre ambas formaciones y Podemos tendrá peso en el nuevo Gobierno español, lo que obliga al bloque PP-Ciudadanos-Vox a no perder el tiempo en luchas entre ellos, el verdadero enemigo a batir es otro, y en él deben fijar su estrategia política, que no puede ser otra ser vigilantes ante tentaciones de deriva totalitaria del nuevo Gobierno y buscar la convocatoria de nuevas Elecciones cuyos resultados permitan un Gobierno que no busca destruir España y que busque la verdadera “transformación de España”, la de trabajar por convertirla en una de las economías más sólidas y en crecimiento de Europa.

Francisco Márquez